Agresividad canina

La agresividad canina es un grave problema que presentan muchos perros, pero no es correcto ni justo que pensemos que son perros malos, que hay que sacrificarlos, que nacen así, que no tienen solución...

El perro procede del lobo. Actuales estudios sobre lobos en estado salvaje realizados por científicos como David Merch, o en España por científicos del proyecto “Udols” de la escuela Ursus , entre otros, afirman que los lobos nunca recurren al mordisco, han ritualizado la lucha de manera que basta con un intercambio de “enseñar los dientes” para que haya un ganador y un perdedor, pero ni siquiera se tocan ( tal y como aparece en la fotografía). En Rusia, un grupo de científicos estudian perros en estado salvaje en un entorno urbano, y llegan a la conclusión que los perros nunca recurren a la pelea y a los mordiscos para conseguir algo. Su naturaleza se basa en evitar conflictos, entonces, porqué muerden nuestros perros?

La agresividad siempre nace desde una reacción de miedo, los perros ante algo que les atemoriza responden de tres maneras: huyen, se someten o arremeten hacia delante. Dentro de la reacción de arremeter hacia delante va desde un gruñido o ladrido, hasta una mordida grave.

Cuando algo nos atemoriza, es una reacción muy común intentar ahuyentarlo por las malas, he visto personas espantando perros o gatos porque de pequeños tuvieron una mala experiencia con ellos y ahora “no les gustan”( por no reconocer que les dan miedo). Pues bien, existen de igual forma casos de perros a los que “una vez le mordieron” y desde entonces ladran o muerden a otros perros. En este caso el miedo queda patente, ese perro tuvo una mala experiencia y ahora los perros le asustan y trata de alejarlos: de igual forma que en el ejemplo humano el niño tuvo una mala experiencia con perros o gatos y ahora los espanta.

En ocasiones los perros llegan a agredir a su propio dueño. Aquí cabe reflexionar sobre en qué punto el perro puede sentir tanto miedo de nosotros que debe defenderse, hasta que punto presionamos al perro que tiene que morder, recordemos que nunca lo haría en estado salvaje. Hay personas, por suerte cada vez menos, que todavía se sorprenden cuando ponen un collar de ahogo a un perro, le estrangulan para enseñarle a no tirar de la correa, y justo después de ese tirón el perro se gira a morderles. Acaso tu no morderías si alguien te estrangulara? No olvidemos que al perro no le hemos explicado “no quiero que tires de la correa” sólo nos hemos limitado a estrangularlo, pensando que ya lo entenderá.

El miedo puede tener varios desencadenantes y varios factores pueden hacer que vaya desde un ladrido o gruñido a un mordisco. Depende del carácter del perro, de la sensibilidad, de los factores que le asustan, del nivel de estrés, del nivel de autoestima... los factores son innumerables y los desencadenantes también. Este artículo hemos enumerado dos casos de los más evidentes de agresión, existen personas maravillosas que cuidan a su perro de la mejor manera posible pero su perro muestra comportamientos agresivos, indudablemente hay algo que les asusta aunque no es tan grave ni evidente como los ejemplo aquí expuestos. En este artículo pretendemos desmitificar la idea de “ese perro es malo” y cambiarla por “ese pobre perro tiene problemas, vamos a ayudarle”. Si alguna vez nuestro perro ladra o gruñe es el momento de escuchar esa alarma, porque el próximo paso será morder. Es aconsejable llegados a ese punto contactar con un educador canino que se base en un trabajo respetuoso con el perro, que en ningún caso utilice técnicas coercitivas con el perro (collares de tortura, imposición por la fuerza, abuso de correcciones), que aumentaría el miedo del perro y facilitaría la mordida.










3 comentarios:

La calle del ritmo dijo...

Muy bueno. Más vale un poco de empatía que cualquier medio coactivo como los collares de ahogo

Annint dijo...

Ojalá hace 9 años hubiera habido tanta información y mas gente como tu que ayudara a entender y ayudar a perros con estos problemas, lo mas seguro que así perra Dana una cocker dorada, mi princesa mi amor... hubiera muerto de vieja y no hubiera sido sacrificada por ser agresiva con el resto de la familia... me sentiré culpable toda mi vida de no haber buscado otra solución, pero en esos años no ví mas salida.. me vi entre la espada y la pared.. mi familia o ella... :'(

sonia losada dijo...

Antes era habitual hacer éstas cosas, no te autocastigues por ello... ahora por suerte tenemos la información y las herramientas para ayudar a los perritos con comportamientos agresivos.

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