Indefensión aprendida


Muchas veces, adiestrando perros como si de fieras salvajes se tratara, utilizamos la fuerza bruta para someterlos, inmovilizarlos, obligarlos, sujetarlos…

Pues bien, aunque a muchos les sorprenda, los perros no son animales salvajes y, lejos de enseñar, un adiestramiento donde prevalece el uso de la fuerza física y el sometimiento provoca una respuesta de miedo que llevada al extremo se traduce en indefensión aprendida.


Cuando un perro se siente acorralado en una situación aversiva, ante la que no puede reaccionar o huir, aprende a quedarse paralizado. Su mente, en un afán de supervivencia, llega a convencerse que el sujeto está indefenso y que haga lo que haga por huir de esa situación será inútil, que no hay escapatoria. Como resultado el animal permanece inmóvil aun cuando tiene la posibilidad de huir.


La teoría de la indefensión aprendida fue postulada por el psicólogo Martin Seligman, quien colocó a dos grupos de perros en dos jaulas, y los exponía a todos ellos a descargas eléctricas ocasionales. El primer grupo de perros fue colocado en unas jaulas en las que tenían la posibilidad de huir de accionando una palanca, y el segundo grupo de perros tenía que soportar las descargas sin poder hacer nada para evitarlas.


Posteriormente todos los perros, los del grupo uno y los del grupo dos, fueron encerrados en una jaula donde también recibían descargas, pero la diferencia con las primeras jaulas era que para escapar solo tenían que saltar una pequeña valla. Los perros que tuvieron la posibilidad en de escapar anteriormente accionando la palanca (grupo 1) saltaron sin problema la valla, asumiendo que podían escapar de esa situación como pudieron la primera vez.

El segundo grupo de perros, estaban tan sumamente atemorizados que ni siquiera se plantearon saltar la valla, permanecieron inertes asumiendo que nada podían hacer por dejar de sufrir… habían aprendido una terrible lección: la indefensión

No hay comentarios:

Publicar un comentario