Referente canino

Para todos es conocido el término “líder alfa”, los perros “alfa”, los dueños “alfa” ...por desgracia, poca gente conoce al creador de esta terminología (David Mech) porque de hacerlo, hubiera escuchado lo que éste científico nos viene diciendo los últimos diez años: “olvidaos de ese término, me equivoqué, las observaciones que me llevaron a hablar de “alfa” eran incompletas”. Así pues, el creador de la “moda alfa” hoy nos invita a desterrar para siempre esa palabra y a entender a los líderes de la manada como “padres o referentes”.

Sí, no somos el líder de nuestro perro, no tenemos que demostrar que mandamos en casa pasando antes por la puerta para demostrar que esa puerta es nuestra, bien pensado,¿ para que quiere el perro una puerta? Era un razonamiento inútil! pero tenemos una función muchísimo más importante y valiosa en la vida del perro: La de referente.


Por referente entendemos “persona tomada como modelo o patrón de una actividad”, es decir, debemos ser un ejemplo a seguir para nuestro perro, debemos mostrarle como debe actuar el perro en este mundo de humanos, somos los responsables de que se adapte bien al mundo artificial donde lo hemos introducido o por el contrario, sea un perro problemático. Los perros no están creados para la ciudad, para los pisos, para los coches, para llevar correa... eso les causa nerviosismo y miedos, que es de lo que padecen la mayoría de los perros que tratamos a diario los educadores caninos.

Así pues, tenemos una función importantísima con nuestro perro: enseñarle cómo se vive en esta ciudad, como se actúa en las distintas situaciones, que es lo correcto y lo incorrecto, a que debe temer y a que no debe temer... es una responsabilidad mucho más importante que demostrarle que la puerta es mía ¿verdad?

El perro constantemente nos sigue, nos observa y nos imita, es una conducta natural, lo que hacen los cachorros con sus progenitores. Ante una misma situación, gran parte de la reacción del perro depende de la nuestra, si algo nos asusta fácilmente asustará al perro también. Pensemos en un símil humano, nosotros viajamos en un avión por primera vez, no sabemos cómo funciona, nos resulta un entorno nuevo y extraño. En un momento en el que estamos volando suena un ruido fuerte, inmediatamente miraremos a las azafatas. Si están repartiendo bebidas tranquilamente nos relajaremos, pero si corren a sentarse y a atarse el cinturón, nos asustaremos muchísimo. La misma situación puede desencadenar dos reacciones distintas en nosotros en función de lo que haga nuestro referente, en este caso la azafata.

Hay situaciones que podrían asustar a nuestro perro, pero éste siempre nos mirará para ver que le indica su referente. Si sacamos el aspirador, el perro probablemente se asustará porque es un aparato horrible que hace mucho ruido. Si nosotros no intentamos forzar el acercamiento del perro al aspirador y nos limitamos a respetar ese miedo y a aspirar tranquilamente, el perro iniciará un acercamiento progresivo al aspirador, motivado por la curiosidad y por la calma que le infunde nuestra actitud, algo así como: “tengo curiosidad por saber qué es eso...porque si es bueno para mí referente, también lo será para mí”.

 Un perro con miedo a las alturas atravesaría sin dudar un puente si se lo pidiera su referente. Es una  responsabilidad importante, pero muy satisfactoria porque creamos un vínculo de confianza infinita, que hace que nuestro perro nos obedezca de manera incondicional. 










2 comentarios:

Francisco Javier Carrasco Gil dijo...

Sonia, me gusta el artículo.Voy a comentar lo del puente y las alturas.Cuando adopté de una perrera a mi Bull,al poco tiempo tuvimos que pasar por un puente mas bien estrecho y bastante alto en un pantano. Yo no sabía nada del pasado de mi perro, a la entrada del puente se bloqueo de tal forma que hasta temblaba, un miedo horrible y me miraba,no le hice caso, lo solté y me alejé unos metros atravesando el puente y me senté en el suelo a esperarlo,me puse a coger chinitos del suelo y para mi sorpresa se acercó a mi y se tumbó a mi lado.Al ratito me levanté y cruzamos los dos el puente y jugamos mucho al otro lado.

sonia losada dijo...

Que casualidad que te pasara lo del puente, pero es precioso la manera en la que confían en nosotos...

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